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lunes, 25 de febrero de 2013

EDITORIAL.


¿CALIDAD ES IGUAL A CANTIDAD?

Llevamos casi dos años con el nuevo gobierno de Izquierda Unida y la calidad en los servicios que ofrecen desde el ayuntamiento deja mucho que desear.
Si empezamos hablando de un servicio que se paga como es el de “recogida de animales vagabundos”, como son los perros, es desastroso. Éstos siguen campando a sus anchas por el pueblo, sin que ni la empresa ni el Ayuntamiento pongan remedio. A éstos, además, hay que añadirles los que tienen dueño pero permanecen sueltos, haciendo sus necesidades en cualquier sitio. Todo esto conlleva la suciedad que dejan en las calles, plazas y altozanos sin que haya nadie que lo remedie. Ante tan desagradables hechos para los ciudadanos de Zalamea, no existe ningún control. Se está pagando por unos servicios que no son efectivos, y todo ello con el dinero de los zalameños.
Si hablamos de la limpieza de calles, pasa más de lo mismo. Cada vez son más las personas que trabajan para el Ayuntamiento. A ellas hay que añadirles las que provienen del nuevo programa de Renta Básica, con el que, dicho sea de paso, estamos a favor, ya que gracias a él hay muchas familias sin ningún ingreso que pueden tirar para adelante. Sin embargo, y esta es la cuestión principal, porque todo ello se paga con dinero público sacado de impuestos, no porque haya mas personas dedicadas al mismo trabajo, éste es mejor y más eficiente, sino todo lo contrario. Algo falla; no hay calidad, porque ésta no la da la cantidad.
Creemos que hay puestos de trabajo en los que no pueden rotar tanto las personas que lo ocupan, si queremos que se le de un buen uso al dinero público. Por ejemplo, el encargado de obras es un puesto de mucha responsabilidad, ya que de él depende el buen funcionamiento de todos los servicios. Una vez que se encuentra la persona adecuada para el mismo, hay que darle continuidad, ya que, a nuestro parecer, no puede estar sólo tres meses y después otro nuevo. ¿Qué calidad puede haber en el control de todos los servicios si sabe que cuando pasen tres meses se va a marchar?
Tres personas trabajando en una acera de una calle –y valga esto también como ejemplo del mal gobierno de IU- no pueden llevarse una semana para colocar diez losas, algo también falla. No queremos que se contraten menos personas para trabajar, sino solo las que sean necesarias para el desempeño “eficiente” de dicho trabajo. Porque no se entiende una política de contratación de empleados públicos sin las exigencias y los resultados correspondientes.
En la limpieza de la última Cabalgata de Reyes –y ya van más de un ejemplo- se pagaron una serie de horas extras para la misma y, ¿cuál fue el resultado? Pues totalmente negativo. Esos caramelos que ya nadie coge seguían en el suelo al día siguiente y este año acompañados de abejas. Se limpiaron los de la calle de la Plaza, pero en los demás sitios siguieron en el suelo. ¿Merece la pena gastar ese dinero en horas extras? Hay que buscar otras soluciones más efectivas y menos costosas. Y para eso están los gobernantes: para tomar decisiones.
El resultado final es el siguiente:
Si el fin que buscan es que cada vez haya más personas que voten a Izquierda Unida, a lo mejor lo consiguen, pero lo que sí están consiguiendo de forma segura es algo que muchos ciudadanos denuncian y que cualquiera puede ver con sus ojos: que la calidad de los servicios es nefasta.

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