En el balance de este primer año, quisiéramos resaltar, de forma sintética, lo que, a nuestro juicio, son dos obviedades:
En primer lugar, el carácter plano, anodino, lento y sin iniciativa del actual gobierno municipal de IU. Si bien es cierto, que han cambiado las formas políticas, se tiende, en apariencia, al diálogo, y existe, quizás, capacidad de escuchar; no es menos cierto, que todo acuerdo o iniciativa plenaria se dilata en el tiempo –entre otras muchas, por ejemplo las normas de uso del centro socio-cultural mercado de abasto-, cualquier decisión tiene una resolución que se hace interminable; no ha existido capacidad de gestión para infraestructuras sociales, aun hoy, paralizadas, comenzadas y sin terminar: la plaza, la nueva guardería, el pabellón deportivo que ya inaguró el Psoe, el proyecto de restauración-conservación del conjunto Iglesia-Torre, …, . Pudiera ser que la coyuntura socioeconómica es mala, -que, sin duda, lo es-, pero, tampoco sería incierto asegurar que, al menos, en este primer año de gobierno, ha faltado imaginación, proyectos e iniciativas.
Y, en segundo lugar, el Grupo Municipal del Partido Popular ha seguido una senda de coherencia, -respetamos la opción mayoritaria de gobierno que los zalameños expresaron en las urnas-, de respeto al compromiso adquirido con los ciudadanos, -de forma progresiva y constante aportamos nuestras propuestas programáticas al pleno y gobierno municipal-, de trabajo, -somos el grupo municipal que más iniciativas y mociones ha presentado en los órganos municipales-, de implicación social, - con las asociación y colectivos, con las empresas comerciantes y autónomos, con los ciudadanos-, de diálogo y colaboración, -con el gobierno municipal y con el grupo municipal del PSOE-, de transparencia y disponibilidad, al servicio de los intereses de Zalamea.
En definitiva, otro año, que ya pasó, en que las iniciales expectativas creadas con el gobierno municipal de IU condujeron a una cierta frustración y desencanto, -quizás algunos zalameños esperaban más-; y un año menos, para la esperanza popular de una nueva Zalamea.